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Monday 26 April 2010

La profecía*

Rapunzel regresó desconcertada de la sesión con la síquica. Su futuro se veía poco prometedor; a sus 25 años quedaría atrapada en la azotea de un bloque de apartamentos hasta que llegase un hombre recién graduado a salvarla. "No puede ser! Tengo tantos planes… esa mujer es una embustera" pensó Rapunzel. Sin embargo evitó entrar a edificios hasta que un buen día Sofía, su mejor amiga, la invitó a su fiesta de cumpleaños. Todos los del semestre iban a estar allí, incluyendo Miguel, un muchacho por el que Rapunzel sentía pinchazos en el estómago. De la emoción olvidó la profecía y fué la primera en llegar. Necesitó de un par de tragos para sacar el valor de acercársele y sugerirle que fueran a la azotea para ver las estrellas.

Cuando Rapunzel despertó se encontraba sola, sin celular y sin llaves. Es ese momento recordó la predicción y decidió esperar a que llegara el profesional que habría de rescatarla. Nunca pasó hambre porque su hada madrina (que aparece hasta este momento sólo para solucionar lo de la alimentación) se encargaba de dejarle una canasta con comida para la semana. Su cabello empezó a crecer rapidísimo y al cabo de un mes ya llegaba a los 50 metros. Esto la ilusionó muchísimo porque su hombre podría valerse de su cabellera para subir a rescatarla pero sin internet y sin celular, a Rapunzel empezó a colmársele la paciencia. Cuantos mensajes acumulados en su buzón de correo! Cuantas actualizaciones de perfil de las que se estaba perdiendo! Cuantos eventos a los que no podía confirmar su asistencia!

A la mañana siguiente, cuando vió que a su hada madrina se le había olvidado incluir el tofu, se le colmó la copa. Amarró el extremo de su cabello a una baranda y con el resto se hizo un arnés como el que había aprendido en un curso de escalada cuando era adolescente. Descendió por la pared del edificio para sorpresa de turistas y habitantes del sector que no dejaban de tomarle fotos. Una vez abajo, se despidió de su cabello cortándoselo como siempre lo había querido, mochito.

Los que presenciaron la escena, vieron como Rapunzel tomó un taxi y se perdió en el horizonte. Meses después llegó el rumor de que había abierto un centro de capacitación para mujeres que se cansan de llevar el cabello largo. De las azoteas de muchos edificios empezaron a bajar miles de mujeres que se inscribieron en su primer seminario.

Ya te llegó la invitación?

* Inspirada en Rapunzel, una fábula alemana parte de una colección
publicada por primera vez en 1812 por los Hermanos Grimm.

6 comments:

  1. Genial Claudia! que inspiracion, que creatividad! estoy preguntandome cuando me baje de mi azotea....hummm tengo mucho en que pensar entonces, y el pelo? Dios nos has dejado muchas tareas con esta entrada.
    MIl abrazos!

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  2. me gusto mucho!! que buena modificacion le has hecho a la verdadera historia !!!

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  3. Reflexion y diversion...son una buena convinacion.
    Tu blog me trae hermosos recuerdos, cuando la ilusion de un mundo diferente me llevo a vivir momentos de aventura y pasion, Ahora me vida es mas "reposada" pero un viejo anhelo se despierta cuando te leo.
    Gracias

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  4. Pues no sé como unirme al grupo pues el cabello ya lo tengo mochito... talvez sepas de otro grupo en el que se reunan mujeres con ganas de dejar crecer los sueños, con ganas de volar sin ataduras y sin antifaces.

    Gracias por tu Rapunzel!!

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  5. Clau, esto está genial. Gracias, de corazón.

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