Pages

Wednesday 30 June 2010

El que esté libre de pecado...


En mis viajes suelo toparme con gente que al escuchar que soy colombiana mencionan la coca como una reacción involuntaria o más bien programada por la información a la que han sido expuestos. Yo les hablo de nuestra diversidad cultural, nuestra belleza natural, nuestro café de exportación, nuestra recursividad y remato recordándoles que si aquí en Europa –o en Estados Unidos- consumieran más bananos* o café* que coca, la baja en su demanda reduciría sustancialmente el número de plantaciones ilícitas e incentivaría los cultivos legales en nuestro país.


Para mi, la responsabilidad es compartida. Las aerolíneas incrementan su número de vuelos porque hay pasajeros para llenar sus aviones, los almacenes de ropa aumentan la explotación porque hay consumidores ávidos por prendas baratas, el tráfico ilegal de niños y niñas incrementa porque hay quienes creen que el fin justifica los medios, la extinción de animales marinos aumenta para satisfacer nuestro paladar, la tala de bosques, el desplazamiento de comunidades indígenas, la desaparición de las abejas… todas estas consecuencia sociales y ambientales son producto de nuestra sociedad de consumo porque en un planeta con recursos finitos una economía perpetua (base del capitalismo) está destinada a colapsar.


Nada raro es entonces que compañías como BP estén motivadas a incrementar su producción sin medir sus consecuencias; tienen una demanda que suplir, una demanda que se incrementa exponencialmente con el pasar de los días.


Seremos entonces de alguna manera responsables por el desastre ambiental que azota el Golfo de México desde hace más de dos meses? No están la mayoría de los productos que consumimos (gasolina, jabones, maquillaje, botellas plásticas, empaques, fibras sintéticas, pinturas, etc) hechos de la misma sustancia que ahora cubre las costas de Texas, Louisiana, Misisipi, Alabama y Florida, amenaza los ecosistemas del área e incluso motiva la discusión del uso de una explosión nuclear para detener su derrame? No estamos todos manchados de crudo como lo están cientos de pelícanos, tortugas y delfines? Cómo vamos a limpiarnos?


Dejé pasar 12 horas entre el párrafo anterior y los que siguen. El interrogante me cogió de sorpresa pero sé que cuando nos hacemos una pregunta es porque en algún lugar dentro nuestro tenemos la respuesta. Es como en la vida: sólo cuando estamos preparados nos llegan las pruebas que necesitamos; de manera que a veces lo único que hay que hacer es confiar en nosotros, en el destino, en el karma y estar atentos a las señales del universo.


Entonces, cómo vamos a limpiarnos? Poco a poco pero entre más nos demoremos en empezar, más grande será el impacto. La buena noticia es que muchos ya se pusieron manos a la obra y decidieron no esperar por iniciativas gubernamentales o campañas internacionales que los motivaran. Me refiero a los “pueblos, barrios, comunidades o ciudades en transición (transition towns), un movimiento internacional de personas que, ante el previsible fin del petróleo y la amenaza del cambio climático, han empezado a organizarse en sus municipios y localidades para hacerles frente y ser autosuficientes”. El movimiento empezó hace 5 años y ya hay más de 500 iniciativas oficiales registradas. Cada comunidad diseña, desarrolla e implementa su propio plan según sus necesidades y recursos disponibles, con la retroalimentación y el apoyo de los demás grupos en transición.


Al sur de la India, las Maldivas –una nación constituida por 1200 islas en su mayoría deshabitadas y que su altura máxima no alcanza los dos metros- se dio a la tarea de ser energéticamente sostenible en la próxima década. “Entendemos más que cualquier otra nación que pasará si no hacemos nada o si el resto del mundo no encuentra la imaginación para enfrentar el problema” dijo su presidente. Si un país en desarrollo con 350,000 habitantes tiene el firme propósito de neutralizar su impacto ambiental, que le impide a las grandes potencias hacer lo mismo?


También han nacido movimientos como el de la simplicidad voluntaria que busca de forma consciente no centrarse en la obtención de riqueza asociada directamente con el dinero o el del acrecimiento que se basa en el hecho de que el desarrollo (en términos capitalistas o como hoy en día lo concebimos) no puede ser sostenible. “Está probado que, desde 1980, el ser humano consume al año más recursos, y genera más residuos, de lo que el planeta es capaz de asumir y regenerar. Con lo que desarrollo, esto es, crecimiento, y sostenible, serían dos palabras contrarias, un sinsentido”.

Si ninguna de las personas entrevistadas durante mi estancia en Holanda mencionó su trabajo como fuente de felicidad, entonces para qué trabajamos? Yo diría que para acceder a los productos y servicios que creemos que necesitamos. Si empezamos a cuestionar este impulso, tendencia que iría en contra de todo lo establecido en el sistema económico actual, perderíamos el deseo de vender nuestro tiempo por dinero y empezaríamos a considerar otras opciones. El movimiento Slow (despacio) por ejemplo, propone “tomar el control del tiempo... dando prioridad a las actividades que redundan en el desarrollo de las personas, encontrando un equilibrio entre la utilización de la tecnología orientada al ahorro del tiempo y tomándose el tiempo necesario para disfrutar de actividades como dar un paseo o compartir una comida con otras personas. Aunque la tecnología puede acelerar el trabajo, así como la producción y distribución de comida y otras actividades humanas, las cosas más importantes de la vida no deberían acelerarse”.


Para quienes les es difícil saber si una práctica es social y ambientalmente sostenible, sólo hace falta preguntarse: si 6’500 millones de personas hicieran lo mismo, cuáles serían las consecuencias?


Cómo sería el mundo si compráramos menos y compartiéramos más? Si pasáramos más tiempo con nuestras familias? Si orientáramos nuestro potencial al apoyo de proyectos comunitarios? Si fomentáramos más nuestro talento para el canto, la carpintería, el arte, la cocina, la literatura, los idiomas, etc.? Si deteniéndose el tiempo, todos estamos disfrutando de las cosas simples de la vida, de esas que no dependen de nuestra capacidad adquisitiva, nuestro patrimonio familiar, nuestra clase social, nuestra herencia genética… si todos aprendiéramos a disfrutar de las cosas simples de la vida habría más amor, más luz y más paz en este mundo.


Como dice Snatam Kaur “the sun shines on everyone, it doesn’t make choices” (el sol brilla para todos, no elige).


Adelante

Calu



Mural en uno de los albergues del Camino de Santiago.

* Fairtrade
(con el sello de comercio justo, de lo contrario sería promover más la explotación)

4 comments:

  1. Muy interesante esa reflexión. Qué alegría saber que a su edad ha llegado a esas conclusiones. Por ahora nos corresponde "educar" (como diría Platón: "educir") para sacar lo mejor de cada ser humano que estoy segura es lograr ese equilibrio que todos anhelamos. Abrazos positivos, mum

    ReplyDelete
  2. Me hiciste recordar una anécdota de hace 10 años cuando fui a España para recorrerla con mi equipaje en la espalda, en ese entonces las personas me preguntaban: de donde viene?, yo respondía de Colombia y ellos me decían: “pero que bien que habla el español”, a lo que yo devolvía una sonrisa y una aclaración geográfica, cultural y política. La globalización, el internet y las comunicaciones hacen que podamos ver al otro a través de lo que muestra y que podamos darnos cuenta de la existencia de otros seres hermanos que tal vez nunca podamos tocar con nuestras manos pero si con nuestros sentidos y nuestro pensamiento. No creo que al volver hoy a España las personas ignoren de mi país, estoy segura que por estos medios muchos pueden conocer el gran desastre que unos pocos ha causado con sus negocios de muerte, pero que también saben la fortaleza de una población que trata de salir adelante, que crea música, bailes, pinturas, sonrisas, vida… Sin embargo, soy consciente que los seres humanos suelen leer al otro a partir de los parámetros dados por sus padres, familias y gobernantes, es en estos sistemas sociales donde se les enseña a temer frente a la diferencia, existiendo miedo a realizar el ejercicio de pensar por sí mismos, por eso no se me hace tan extraño que frente a tantas cosas buenas solo se vean las cosas que a los dirigentes les conviene para continuar sus negocios de “PODER”. Igualmente, la esencia de las rivalidades en el mundo no han cambiado, la gente siempre ha peleado por el poder, el dinero, el amor; nuestros dirigentes han sido los Carlo Magno, Gonzalo Jiménez de Quesada, Adolf Hitler, George Bush, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe, …buscando oro, petróleo, diamantes, esmeraldas, PODER. Nos corresponde a nosotros como ciudadanos estar atentos, ser participes, apropiarnos de nuestro pensamiento y lenguaje para hacernos escuchar, nos corresponde vencer ese miedo primario, frente a la amenaza de desamor, frente al temor de rechazo, y cuando se venza el miedo propio nos corresponde unirnos en estas redes de comunicación social para demostrar que no estamos solos, cuando seamos millones los que pensemos que nuestra vida es más importante, que nuestros recursos naturales deben ser protegidos, el mundo nos conocerá por nuestro pensamiento, y probablemente hablen de Colombia como gestor de paz, cuando seamos millones en el mundo atacando el uso desmedido de los recursos y evitando el agotamiento de estos, estaremos creando una fuerza igual a la política, y tomaremos participación en ella.
    Att, yo

    ReplyDelete
  3. Wow! Claudia, que buen articulo, me deja triste pero llena de fuerza y de poder, yo se que este tipo de mensajes aun no tiene mucha receptividad es como la violencia cada persona cree que le pasara a otro menos a el, aspiro a que de tanto escribirlo, decirlo y cantarlo se grave en el inconciente colectivo de esta humanidad y despertemos!

    ReplyDelete
  4. Querida lectora anónima

    Me ha sorprendido lo de tu anécdota en España. Con tanta película de Hollywood mostrando selva, burros, cafetales y plantaciones ilegales medio mundo cree que vivimos en chozas de barro esclavizados por los grupos al márgen de la ley. De lo que podemos perdernos cuando aceptamos la verdad de los medios de comunicación como la única verdad. Es estos días leí un artículo en yahoo sobre los países a evitar. Junto a los a Irak y Afganistán mencionaban a Colombia y a los falsos positivos. Como lo escriben pareciera que estamos en guerra y que no hay turistas lo suficientemente valientes para aventurarse en nuestro territorio inhóspito.

    Estoy de acuerdo con tu reflexión sobre el PODER. Oriana Fallaci, periodista italiana, hablaba extensamente sobre éste en muchos de sus libros. Su posición era estar en contra del PODER sin importar si fuera de derecha, de izquierda o del medio. El poder en sí es un partido con su propia agenda que busca prolongarse a como dé lugar.

    Como tu dices, es nuestra responsabilidad enfrentarlo desde nuestros escenarios personales. Unos pocos escogen las armas pero la mayoría opta por la escritura, la música, el arte.

    Me encantó este pedazo "Nos corresponde a nosotros como ciudadanos estar atentos, ser participes, apropiarnos de nuestro pensamiento y lenguaje para hacernos escuchar, nos corresponde vencer ese miedo primario, frente a la amenaza de desamor, frente al temor de rechazo, y cuando se venza el miedo propio nos corresponde unirnos en estas redes de comunicación social para demostrar que no estamos solos".

    Gracias por leerme.

    ReplyDelete