Pages

Thursday 24 June 2010

Las mejores cosas de la vida


Regresando de Bélgica supimos que habíamos descubierto una forma nueva de viajar y decidimos ponerla a prueba organizando un segundo viaje. Para quienes apenas se enteran, nuestra filosofía consiste en no tener planes; así de sencillo. De esta manera, sin importar lo que suceda o a donde vayamos a parar, el viaje será perfecto porque estamos confiando que el universo nos proveerá con el plan que nos corresponde y nuestra única responsabilidad es la de disfrutar de cada sorpresa en el camino.

Llegamos a Amsterdam (Holanda) en bus desde Londres, el domingo 30 de mayo a la 1:15 am –primer sorpresa- con dos maletas, 12 retos* por completar y un presupuesto de 50 euros cada una. La primera desconocida con la que hablamos nos ofreció un aventón –segunda sorpresa- por la mitad de lo que un taxi nos hubiera cobrado a esa hora y con la pinta de turistas que teníamos. Nuestro contacto nos esperaba desde las 10.30pm del sábado y sin embargo aun conservaba una sonrisa de bienvenida. A J lo habíamos conocido en Bélgica a través de una amiga y desde el principio nos ofreció alojamiento si algún día estábamos en el área. Había quedado de verse con un par de amigas que había conocido la semana anterior. Al final los 5 fuimos a parar a un bosque encantado, cerca de Bloemendaal). Nuestra siguiente parada era Utrecht porque a través de couchsurfing nos habían ofrecido alojamiento. Para nuestra sorpresa -la tercera- las amigas de J vivían en Utrecht y también nos abrieron las puertas de su casa al enterarse de nuestra filosofía de viaje y de los retos a llevar a cabo. La noche antes de partir J nos invitó a paseo en bote y recorrimos los canales haciendo nuestra versión feliz del Titanic. Al despedirnos, nos dio las llaves de su apartamento por si algo salía mal tuviéramos a donde llegar. Que tal, ah?


Al día siguiente, caminamos una hora y media hacia las “afueras” y nos pasamos dos horas esperando a que alguien nos diera un aventón a Utrecht. Dos marroquíes, fumando marihuana (algo legal en Amsterdam) y dándoselas de aventureros se ofrecieron en llevarnos. Dejaron el tono de chicos malos al enterarse de que éramos colombianas y teníamos “conexiones” (nuestros familiares, amigos y vecinos pero shhh). El resto del viaje se la pasaron hablando de Escobar, el héroe que ayudaba a los pobres. Nosotras escuchábamos a medias porque íbamos con las ventanas abajo para evitar llegar a nuestro destino más alegres de lo normal (por el humo). Nos dejaron en la estación central y siguieron su camino a una reunión familiar. Las primeras dos noches las pasamos con couchsurfers y luego fuimos a parar donde las amigas de J. Ese día tenían planeado ayudar a alguien con una escenografía para un festival. Sin ningún plan que desbaratar nos ofrecimos como voluntarias y terminamos conociéndolas más mientras colaborábamos pintando piezas de madera. La noche antes de partir instalaron un proyector y nos dejaron en casa viendo “Everything is iluminated” (una película con el actor que hizo de Frodo en el Seños de los Anillos).


Para echar dedo (pedir un aventón) hay que despojarse de ciertos condicionamientos mentales. No todos los que están pidiendo un aventón son pobres, ladrones o presos recién escapados. No todos los que recogen personas en la carretera pertenecen a una red de trata de blancas, tienen dobles intenciones o van a llevarnos en dirección opuesta. Mi temor más grande siempre ha sido el de creer que nadie nos va a recoger pero el universo se encarga, una y otra vez, de demostrarme lo contrario.


- “Y ahora hacia dónde?”

- “No pues ni idea”

- “A mi me gusta el queso Gouda. Por qué no vamos a Gouda?”

- “Listo, escribamos Gouda en el letrero”


Una pareja Siria-Iraní nos recogió y nos dejó en la mitad del camino. Wourden nos gustó tanto que decidimos quedarnos. Para nuestra sorpresa –otra- había un acampadero al que fuimos dispuestas a negociar el precio.


- “Cuánto nos vale quedarnos una noche?”

- “Son 15 euros”

- “Sólo tenemos 10”

- “Son 15 euros”

- “Sólo tenemos 10”

- “Si yo fuera al supermercado a comprar verduras y me faltaran 5 centavos no me permitirían partir con las verduras”

- “Tal vez es porque usted nunca ha preguntado. Gracias”


El universo estaba retando nuestra creatividad. Nos sentamos en una banca como a 50 metros de la entrada a comer algo mientras esperábamos por una “señal”. El cielo estaba claro y hasta donde sabíamos, no era ilegal dormir en un parque (es ilegal acampar pero en ninguna parte dice que dormir sin carpa lo sea). A los 40 minutos el administrador salió para invitarnos a entrar.


A la mañana siguiente, un suizo nos dejó a las afueras de Gouda y una holandesa nos llevó hasta el centro. Mientras almorzábamos debatíamos si las amigas de J contaban como desconocidas porque nuestro reto número 11 consistía en conseguir alojamiento de un extraño. Concluimos que no y que ese día íbamos a intentarlo. La lluvia nos llevó a refugiarnos debajo del ayuntamiento. Una mujer que pasó reconoció los colores de la bandera colombiana en la maleta de Sonia y nos puso conversa. Recién había salido del culto cristiano junto con sus amigas – todas latinas y, aunque siempre se dispersaban por sus compromisos familiares, hoy se encontraban juntas. Una hora y media después estábamos todas en su casa cenando con su familia y con un lugar donde pasar la noche. Al día siguiente se ofreció en acompañarnos al centro, nos llevó almuerzo, nos tomó fotos y hasta nos gastó “oblea” holandesa. Esa noche cocinamos nosotras en agradecimiento por las atenciones recibidas.


Dos días después madrugamos a encontrarnos con Arjan, un couchsurfer de Gouda que ofreció hospedarnos y llevarnos a Rotterdam, ciudad en la que trabaja. Arjan, además de fotógrafo profesional (ha salido en la National Geographic) trabaja para IBM diseñando los programas que controlan el flujo marítimo en el puerto. Ni sus premios, ni su sueldo, ni su mansión le impedían conectarse con nosotras. Pidió permiso en el trabajo para llegar tarde al día siguiente y nos invitó a desayunar.


Nuestra nueva filosofía de viaje incluye formas creativas de acercarnos a la gente. Familiares, amigos y conocidos participaron sugiriéndonos retos para llevar a cabo durante nuestro recorrido. Uno de éstos consistía en preguntarle a la gente algo personal, de manera que me puse un letrero en la espalda con la pregunta “What makes you happy?” (Qué te hace feliz?). Recibimos cantidad de reacciones espontáneas desde los jóvenes que nos gritaban “plata”, “sexo”, “drogas”, pasando por el “you make me happy” (tú me haces feliz) o “chocolate”, “mi pareja”, “los rayos del sol”, hasta las personas de edad que nos compartían como eran felices con las cosas simples de la vida.




Mirando una vitrina de productos chinos un hombre se me acercó después de leer el letrero y me preguntó si aquello que estaba viendo me hacía feliz. Yo le dije que no, que por el contrario, me daba tristeza saber que habían seres humanos siendo explotados a miles de kilómetros de distancia para que nosotros aquí (en Europa) tuviéramos la oportunidad de satisfacer con plástico y metal nuestros caprichos. “Pero si la explotación es una consecuencia inevitable del progreso” dijo, “entonces yo no quiero este tipo de progreso” respondí… y así nos enfrascamos en un debate que duró mas de media hora.

- “Su prédica está incompleta si no menciona la sobrepoblación”
- “Yo no estoy predicando, fue usted el que se me acercó, pero de todas maneras explíqueme lo de la sobrepoblación”
- “Usted dice que el planeta no puede producir lo que en estos momentos necesitamos para sobrevivir, pero el problema no es la producción, el problema es el número de habitantes”

- “Comparto su idea, pero yo no puedo hacer nada al respecto además de optar por no tener hijos e incentivar a las personas a que no los tengan o a que adopten”

- “Yo soy un ingeniero holandés y he tenido que viajar mucho por la naturaleza de mi trabajo. En uno de mis proyectos me encontraba en África. Al igual que usted, también tenía la idea de que mi ayuda era necesaria hasta que conocí a un médico negro africano que me preguntó: sabe qué ha sido lo peor que occidente le ha aportado a Africa? – usted que cree?” me preguntó a mi.

- “No sé, la idea de progreso que hace que la explotación sea una consecuencia inevitable?”

- “No, el médico me dijo que lo peor que occidente le había aportado a África era su sistema de salud”.

- “Cómo?”

Me pareció haber entendido mal porque siempre he considerado el acceso a un sistema de salud como un derecho fundamental.

- “El sistema de salud? Y por qué?” pregunté.

El hombre me explicó en sus propias palabras lo que el médico le había dicho.

- “Hace 30 años una mujer tenía, en el transcurso de su vida, 20 hijos de los cuales sobrevivía 1. Hoy en día, con la implementación del sistema de salud, es probable que esos 20 hijos sobrevivan en condiciones terribles, infrahumanas, deplorables… ahora multiplique y compare la población actual con la de hace 30 años. Por eso necesitamos educar a las mujeres sobre su responsabilidad”.

- “Y a los hombres” agregué.

- “Y a los hombres”.

- “Hasta que este tema no sea debatido, no habrá iniciativa capaz de detener el acelerado incremento en la necesidad de los recursos del planeta. Pero la iglesia es el principal oponente para este diálogo”.

- “Si, como dice mi padre, la iglesia defiende a capa y espada las vidas de los seres que no han nacido pero se hace la de la vista gorda con aquellos que ya nacieron pero están muriendo de hambre y de sed….”

En fin, me dejó pensando en la manera como opinamos e intervenimos en otras culturas sin tener en cuenta las consecuencias de nuestra “bondad”. Al mismo tiempo que yo debatía sobre cambio climático y justicia social con este hombre, una musulmana de Somalia se le había acercado a Sonia interesada en nuestros sombreros volteados. Cuando el señor partió, me uní a la conversación que fue igual o más reveladora que la anterior. Estábamos escuchando a una musulmana hablando de amor, individualidad, libertad, sostenibilidad y criticando a quienes trataban de imponerle su interpretación del Corán.

“Yo no escribí el Corán… hay algunas cosas con las que no estoy de acuerdo pero existen muchas con las que si… los terroristas no ponen bombas por ser musulmanes, ponen bombas porque son malos… (nunca hemos llegado a conclusión de que los americanos, cristianos o heterosexuales son terroristas a pesar de que americanos, cristianos y heterosexuales hayan cometido infinidad de crímenes – esto lo estoy agregando yo mientras escribo)… Arabia Saudita tiene su propia agenda que va en detrimento de lo que yo creo... Yo dejé mi trabajo en una guardería porque me prohibían abrazar a los niños. Que clase de trabajo es ese en donde las expresiones de afecto son controladas… me dí cuenta que ese trabajo no me hacía feliz… ahora siembro vegetales en mi jardín y recolecto las semillas para enviarlas a Somalia. Tengo una organización sin ánimo de lucro. La gente desconoce lo mucho que se puede hacer. Con 1 euro, tan sólo 1 euro se le puede dar de almorzar a una familia”.

Nosotras íbamos con el dinero contado pero algo en su voz nos convenció de que nosotras teníamos algo que le pertenecía. Antes de partir le regalamos una tarjeta de Louise hay con afirmaciones positivas.


- “Ustedes pueden ver el aura?” nos preguntó.

- “No, nosotras sólo podemos ver que eres una mujer hermosa capaz de acercarte a dos desconocidas y regalarnos 1 hora de tu tiempo. Podemos ver que no tienes afán, que sabes que te hace feliz y eso es precisamente lo que le estamos preguntando a la gente”.

- “Pero, por qué lo hacen? Qué las inspira?”

- “Porque nos encanta encontrarnos con gente como tú, seres como tú nos inspiran”.

Buscó entre sus pertenencias algo para darnos y nos obsequió una manzana. Seguimos nuestro camino rumbo al templo hindú sabiendo que el propósito de nuestra visita ya se había cumplido. Efectivamente el templo estaba cerrado.


Después de 10 días de caminar –en las ciudades no cogimos ni un solo medio de transporte- decidimos que era tiempo de regresar a Amsterdam. Allí visitamos el templo Krishna y el Budista, coleccionamos sonrisas, entrevistamos gente, vimos las prostitutas por casualidad y nos dimos cuenta de que nos quedaban 5 euros a cada una (el última día sólo teníamos 20 centavos que no nos alcanzaban ni para ir al baño).




Se aproximaba el fin de semana y con éste la oportunidad de pedalear desnudas por el centro junto con el movimiento WNBR (World Naked Bike Ride) para celebrar nuestros cuerpos, generar conciencia sobre la cultura del petróleo, promover el transporte sostenible e invitar a la gente a usar más la bicicleta. Contactamos a los organizadores para ver si tenían bicicletas de sobra y para nuestra sorpresa –la penúltima- se ofrecieron en alquilarlas para nosotras. Nos reunimos el sábado 12 de junio al mediodía en un parque para prepararnos. Una hora más tarde ya estábamos pintadas y listas para salir. Un colombiano reconoció la bandera –porque no llevábamos nada más puesto- y nos invitó a cenar esa noche a su casa –un remate excelente. Partimos asistidos por la policía que desapareció apenas llegamos al centro. Entre pitos, entrevistas, sonrisas, caras de asombro, medios de prensa y televisión y aplausos transcurrió la hora y media que nos tardamos en llegar al final en donde intercambiamos correos electrónicos con gente a medio vestir. Las bicicletas nos sirvieron para ir a dejar las llaves prestadas, recoger las maletas e ir a la estación de donde partía nuestro bus de regreso a Londres. El colombiano vivía a un par de cuadras y con él compartimos nuestras últimas 3 horas enterándonos de los proyectos sociales que está llevando a cabo en Pradera, Valle.






Como dice Walter Riso, “las mejores cosas de la vida suelen ocurrir cuando no esperamos nada”.


Relájate, no te preocupes, todo va a salir bien.


Adelante,

Calu


PS. - “Si no vinieron a ver las putas ni a probar droga, entonces a qué vinieron a Holanda?”

- “Vinimos a conocer a la gente y a saber qué los hace felices”.


* Bailar, cantar y meditar en público, coleccionar sonrisas, visitar 3 centros religiosos/espirituales, conseguir una comida o un corte de cabello gratis, aprender algunas palabras o frases en holandés y usarlas, dibujar 5 retratos, decirle cosas bonitas a desconocidos, abrazar a 50 personas, lograr alojamiento de un extraño y preguntar algo personal.

1 comment:

  1. No se si es tu mejor blog, pero de lejos el que mas profundamente me ha llegado, no solo por tu narracion, sino por lo intimo, por lo personal, por que puedo conocer a todas las personas que nombras, las puedo sentir a traves de tus palabras.
    Por que me reconcilias con ese ser humano que a veces creo no podremos llegar a querer nunca.
    Pero te leo y recuerdo que si, que podemos creerle,que podemos amarle, que podemos mirar sus ojos y reconocerles, como a la chica de Somalia, como a J, como a las "latinas", como a tantos otros que se cruzan en nuestro camino y olvidamos mirar a los ojos para reconocerles.
    GRACIAS

    ReplyDelete